lunes, 22 de junio de 2015

Liderazgo Femenino



En el siglo XXI se abre con nuevas conquistas de igualdad para la mujer. En las décadas precedentes se han reconocido los derechos de las mismas como parte de los derechos humanos, en la medida que se exige la no-discriminación por razones de sexo. El principio de igualdad a nivel legal ha generado importantes cambios en los derechos de las mujeres y su posibilidad, al menos teórica, de acceder a las diferentes esferas sociales.

Esta igualdad legal no será real sin el apoyo explícito de políticas que desarrollen planes que garanticen o favorezcan el acceso de la mujer a las diferentes áreas de poder en igualdad de oportunidades. Pero las mujeres, como señalan diversas autoras, no ocupamos o participamos del núcleo del poder, ya sea económico o político, y el acceso a los máximos niveles de responsabilidad sigue estando lleno de obstáculos, e incluso vedado para nosotras como hemos visto. No obstante, a la vez que constatamos esta realidad somos conscientes de que la participación en estos núcleos de poder es un requisito imprescindible para la construcción de una democracia más plena y verdadera.

En conclusión, la mujer en el ámbito de la dirección puede participar activa y críticamente pero siempre con el intenso esfuerzo de superar una serie de barreras sociales y culturales que son las que nosotras creemos le impiden acceder y desarrollar un puesto directivo.

Suprimiendo este tipo de barreras lograremos que las organizaciones educativas del futuro tengan como eje principal a la persona y estén formadas por seres humanos integrales, siendo esto uno de los principales y más importantes retos tanto de mujeres como de hombres, y en general de nuestra sociedad.

Y en esta concepción de liderazgo sí que parece que las mujeres tienen un papel protagonista no sólo para desempeñarlo de una forma más oportuna, sino también para enseñar a los hombres cómo desarrollar un tipo de liderazgo más colaborador, consensuador, dialogante y participativo. En nuestras manos está el futuro de la educación y no podemos desaprovechar esa oportunidad.


Fuentes:
  • http://www.leonismoargentino.com.ar/INST292.htm
  • http://www.rieoei.org/deloslectores/483Diez.pdf
  • http://www.inmujer.gob.es/areasTematicas/estudios/estudioslinea2009/docs/mujerLiderazgo.pdf

Trabajo infantil (cacao)


El lado oculto de la producción del chocolate


En el África occidental, el cacao es un producto agrícola que se cultiva principalmente para fines de exportación. Con el crecimiento de la industria chocolatera a través de los años también ha aumentado la demanda de cacao barato. Hoy en día, los productores de cacao a duras penas pueden ganarse la vida con la venta de los granos de cacao, y con frecuencia recurren al uso de la mano de obra infantil a fin de que sus precios se mantengan competitivos.

Los niños del África occidental viven sumidos en una inmensa pobreza y la mayoría de ellos comienza a trabajar a una edad muy temprana para ayudar a sus familias. Algunos niños terminan en las plantaciones de cacao porque necesitan el trabajo y porque les dicen que la paga es buena. Otros niños son "vendidos" a los traficantes o a los dueños de las plantaciones por sus propios familiares. 

La jornada laboral de un niño se inicia al amanecer y acaba al anochecer. Los niños se suben a los cacaoteros a cortar las vainas con un machete. Estos pesados machetes son afilados y peligros, y constituyen la herramienta básica de los niños en los cacaotales. Una vez que las vainas han sido cosechadas, los niños las recogen en grandes sacos y las llevan o arrastran en medio del bosque. 

Es común que los dueños de las plantaciones alimenten a estos niños con los alimentos más baratos que puedan comprar, como pasta de maíz y bananos. En algunos casos, los niños duermen sobre planchas de madera en pequeñas edificaciones carentes de ventanas, agua potable o servicios sanitarios. Estos niños pueden vivir bajo tales condiciones durante muchos meses o incluso años.

Hasta la fecha se ha logrado relativamente poco para reducir y eliminar la explotación de la mano de obra infantil y la esclavitud en la industria del cacao en el África occidental. Los gobiernos de Ghana y de Costa de Marfil carecen de los recursos necesarios para investigar y enjuiciar adecuadamente a quienes infringen las leyes internacionales sobre el trabajo. Estos gobiernos al menos han aceptado esforzarse para eliminar lo que la OIT llama "as peores formas de trabajo infantil". Estas se definen como aquellas prácticas que "puedan dañar la salud, la seguridad o la integridad moral de los niños" e incluyen el uso de "herramientas peligrosas" y cualquier trabajo que "interfiera con la educación".En la actualidad, la inmensa mayoría de los niños que trabaja en las plantaciones de cacao de África occidental sufre cada día "las peores formas de trabajo infantil".



Fuentes:
  • http://www.foodispower.org/es/la-esclavitud-en-la-industria-del-chocolate/
  • http://www.empresa.nestle.es/es/sala-de-prensa/actualidad-nestle/combatiendo-el-trabajo-infantil
  • http://www.pobrezamundial.com/la-explotacion-infantil-en-las-plantaciones-de-cacao/

Trabajo Infantil (oro)


El peso del oro


La OIT estima que en torno a un millón de niños, con edades comprendidas entre los 5 y 17 años, realizan actividades de minería y cantería en todo el mundo. En el Perú existen como mínimo unas 30,000 familias que se dedican a la minería artesanal de oro de manera permanente y para las cuales ésta es su actividad principal. Es decir, están involucradas en esta actividad de manera permanente unas 150,000 personas: los varones adultos y muchas de sus cónyuges e hijos menores de 18 años. Los departamentos que más población albergan son Puno y Madre de Dios. 

Estos niños deben afrontar un trabajo duro y peligroso, y prescindir del acceso a la escolarización, la sanidad u otras necesidades básicas. En las minas, los niños descienden hasta las entrañas de la tierra para arrastrarse por túneles improvisados, angostos, impracticables y escasamente iluminados en los que el aire está lleno de polvo. Se arriesgan constantemente a sufrir accidentes mortales debido a la caída de rocas, explosiones, desplome de las paredes de la mina y a la utilización de equipo diseñado para adultos. Además, los niños se exponen al mercurio tóxico, que se utiliza para separar el oro de la roca y puede dañar de forma permanente diversos órganos y el sistema nervioso. Con frecuencia se exige a los niños que hagan el mismo trabajo que los adultos.


El uso del trabajo infantil en minería está estrechamente asociado a la pobreza que impera en los distritos mineros remotos, en los que es difícil encontrar otras formas de empleo. Además, el trabajo infantil es considerado a menudo como parte del proceso de socialización. En las comunidades mineras de Bolivia, Ecuador y Perú, la población cree que los niños mayores de 14 años están capacitados para trabajar con los adultos.

La mayoría de los niños, niñas y adolescente que trabajan en la minería artesanal del oro sufren de anemia, desnutrición crónica, incluso tuberculosis, afecciones óseas, intoxicación por inhalación de mercurio, contusiones, cortes, fracturas, en zonas frías existe una alta incidencia de reumatismo y artritis, así como severas enfermedades respiratorias. En algunas zonas los niños se inician precozmente en el consumo de la coca para tener más fuerza o no tener hambre y sueño.

El trabajo minero infantil ayuda a apalear en el corto plazo la situación de pobreza; pero a largo plazo no permite que dicha situación se modifique; muy por el contrario, solo dejan secuelas muy profundas que harán que mañana que aquel niño o adolescente que fue minero, sea padre o madre de otros niños mineros, como ellos, también pobres, también explotados y sin educación o con educación incompleta y lo más injusto sin esperanza.



Fuentes:
  • http://www.ilo.org/global/publications/magazines-and-journals/world-of-work-magazine/articles/WCMS_081443/lang--es/index.htm
  • http://www.hrw.org/es/news/2013/08/28/tanzania-la-peligrosa-vida-de-los-ninos-mineros-de-oro
  • http://business-humanrights.org/es/el-peso-del-oro-el-trabajo-infantil-en-minas-y-canteras-0